¿Por qué es importante la calidad de la energía?
- Coysem
- 4 jun 2024
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Pensemos por un momento en los cambios ocurridos por los equipos en los últimos años. La capacidad de automatización de éstos puede rastrearse tanto en las industrias urbanas como en las empresas agropecuarias.
Por esta razón, tales equipos y maquinarias tienen requerimientos de calidad de la alimentación de energía que reciben. La precisión, autonomía y versatilidad de sus adelantos se ven afectados por un servicio eléctrico deficitario. “Mantener buenos indicadores de la calidad de la energía de la empresa urbana o rural redunda en una mayor productividad y rentabilidad.”
Veamos a continuación cuatro beneficios que se derivan de contar con una buena calidad de la energía en la empresa.
Baja los costos de operación
La instalación eléctrica de un sistema fotovoltaico adecúa la calidad de la energía que se usa en una empresa. Las características propias de los equipos instalados permiten una carga de suministro estable, libre de perturbaciones.
Un sistema de este tipo brinda una buena calidad de energía, es decir, que las cargas conectadas funcionan de forma eficiente y satisfactoria. Tal condición del sistema reduce el desperdicio energético y evita gastos por reparaciones.
Aumenta la vida útil de los equipos
Como dijimos anteriormente, la tecnología actual que se emplea en las empresas urbanas y rurales exige mayor calidad de la energía. El desempeño de los equipos depende en buena parte de la continuidad del servicio, la tensión y corriente.
Cuando se presentan problemas con la diferencia de las cargas, entonces las piezas y componentes de los equipos sufren daños. Por el contrario, el buen suministro energético preserva la integridad de los componentes de los equipos.
La inversión en la tecnología de las líneas de producción es un monto importante. Por tal razón, el tiempo de vida útil de los equipos y maquinarias es una variable importante en la rentabilidad de las empresas.
Mayor precisión en la factura eléctrica
Una de las ventajas de los sistemas fotovoltaicos con respecto a la calidad de la energía está en la precisión. Por la propia configuración de la red, la energía suministrada por autogeneración se corresponde con el consumo real.
El diferencial que puede encontrarse entre la electricidad producida y la que consume la empresa es mínimo. Esta característica se deriva del control que se tiene sobre la instalación y funcionamiento correcto del sistema fotovoltaico.
Por otro lado, el registro de la energía externa consumida y la que se incorpora a la red tienen un medidor bidireccional. Este instrumento permite verificar cuán eficiente es el funcionamiento de la red. De allí que la facturación energética se ajuste a la realidad.
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